Me mudé hace un par de meses, no fue sencillo, nunca es sencillo alquilar en esta ciudad, más todavía siendo un artista independiente. Lograrlo fue una gran felicidad, de las más grandes de mi vida. Mi nuevo hogar es escalofriante & bellamente similar a mis sueños y proyecciones.
¡Caminar! Caminar por nuevas calles y conocer mi nuevo barrio, bellas casas, tiendas, bares, una nueva vida. Dar vueltas sin destino, deambular y perderme por horas, hasta volver de madrugada a mi hogar. Esa es la primera condición, para encontrarnos primero debemos perdernos. (Lo que no se pierde no puede ser encontrado).
Lo nuevo me vuelve más observador & atento, comencé a notar ciertos patrones que se repetían una y otra vez en mis caminatas como si la calle dialogara con mi espíritu, más allá de mi mente racional. Uno de esos “patrones” más intensos y potentes en su mensaje fueron las canciones de Virus.
No sabría precisar cuándo ni cómo comenzó, uno de mis primeros recuerdos es haber estado bebiendo una cerveza cerca de plaza Armenia y entonces ahí sonó “Amor descartable”.
Ya sé, no parece demasiado sorprendente, los bares musicalizan y el rock clásico argentino es una estación obligada. Hubo sin embargo, una frase que de pronto me hizo un sentido sublime, casi como una Epifanía:
“Vos sos mi obsesión / Quisiera atraparte / Vos sos mi destrucción /No puedo dejar de pensar”
Versos que forman parte del inconsciente colectivo, cobraron una fuerza reveladora en mí. Llevándome a las lágrimas, las tuve que disimular en aquel momento en la cervecería.
En cierta forma me llevó a mi búsqueda de una casa, lo difícil que fue que me aceptaran alquilar por no tener un trabajo "de bien". Las casas y departamentos que quise y no pude. Todos esos NO que rompieron mi corazón, pero a la larga fueron lo mejor que me pudo suceder.
No muchos días después en otra de mis largas caminatas un auto pasó raudo por la calle con la música a todo volumen y ahí otra vez sonado la voz del gran Federico Moura esta vez entonando su <Luna de miel>.
“Te prometo una cita ideal / Adorando la vitalidad” decía en aquel momento
Esa misma noche tuve mi primera cita en casa con una hermosa chica.
Una tercera ocasión tal vez la más sorprendente, fue caminando de vuelta a mi hogar.
Un tipo caminaba por la vereda en sentido contrario o sea viniendo hacía mí, noté que me miraba de una forma extraña, no amenazadora, pero tampoco amable, me fue difícil entonces y ahora descifrar su intención ¿acaso desafiante? pero entonces ahí cuando nos cruzamos él tarareaba una canción de Virus
"La distancia va perdiendo su espesor pronta entrega por favor” lo cantaba vagamente mirándome directo a los ojos.
De alguna forma cada canción hablaba sobre mí y mi nuevo hogar, este sueño hecho realidad, tras meses de desaliento y tristeza.
Al rato me encontré viendo algunos videos de Virus, hipnotizado por la delicadeza y belleza que fue Federico Moura. Absolutamente enamorado y feliz de este diálogo íntimo que de alguna forma juntos habíamos establecido.
Mi corazón entendió que es importante a veces recibir uno o muchos NO. Hay que insistir, porque lo que es para vos te está aguardando con su Sí en algún lugar.
No fue esa la última vez, la voz y los versos de Federico me han aparecido en lugares y momentos precisos como una señal, siempre cargados de sabiduría, amor y libertad. Como un ángel que me habla a mi propio más allá, a ese yo profundo que desea crear algo nuevo lejos, muy lejos de la tristeza y todo aquello que ya fui.